Una clínica de desintoxicación francesa espera la visita de Russel Harwick. Entre recuerdos del pasado (con su infancia en Chappaqua, un pueblo cerca de Nueva York), escenas del proceso de curación y paranoias varias se desenvuelve la desestructurada narración que cuenta con un enfermizo montaje visual y sonoro que hacen de esta película una interesante rareza que se hizo con el León de Plata en el Festival de Venecia de 1966.